El viernes por la noche, los pasillos de Mediaset se convirtieron en un campo de batalla. Las cámaras estaban listas, los focos encendidos, y la audiencia, expectante. Lo que parecía una emisión más de De Viernes acabó siendo una auténtica bomba televisiva. Nadie lo esperaba, pero ocurrió: Kiko Matamoros, visiblemente alterado, lanzó una amenaza directa haciaPaz Padilla, y Carlota Corredera —tras bastidores, indignada— no pudo contenerse y explotó en su contra.

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Desde el primer minuto, el ambiente se percibía tenso. Kiko había llegado al plató con el ceño fruncido, gafas oscuras y ese paso firme que delataba su mal humor. Fuentes cercanas al programa aseguraban que venía “caliente” por unas declaraciones recientes de Paz Padilla en un podcast, donde la presentadora habría insinuado que Kiko “ya no tenía espacio en televisión porque representaba un modelo agotado de tertuliano agresivo”. Esas palabras habían herido su orgullo, y todos sabían que esa noche habría fuego.

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Las primeras imágenes en directo fueron explosivas: Kiko, sentado en el sillón central, cruzado de brazos, apenas miraba a la cámara. Paz Padilla, conectada desde Cádiz, mantenía una sonrisa incómoda, esa sonrisa de quien sabe que el huracán está por llegar. La presentadora del programa intentó calmar las aguas, pero ya era demasiado tarde.

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¿Tú sabes lo que pasa, Paz?”, empezó Kiko, con voz grave y tono desafiante. “Que llevas años dando lecciones de humor y de amor, pero cuando te señalan, te escondes. Y yo no me escondo. Si me buscas, me vas a encontrar”.

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El silencio en plató fue absoluto. Paz Padilla intentó responder con su habitual sentido del humor: “Kiko, cariño, no te pongas así, que la vida es muy corta para tanto enfado”. Pero él no sonreía. “No te rías de mí, Paz. Te lo digo en serio”, añadió con una mirada que heló el aire. Las cámaras captaron cómo un realizador hacía señales detrás del monitor: había que cortar a publicidad, pero el director decidió seguir. El público estaba pegado al televisor.

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Mientras tanto, en el camerino, Carlota Corredera seguía el programa en directo. Según testigos, ya llevaba varios minutos indignada. “Esto es intolerable”, habría dicho mientras se levantaba. “No se puede permitir que se amenace en un plató. No en mi cadena, no en mi casa”. La tensión se multiplicaba fuera y dentro del plató.

Carlota Corredera se enfada con Kiko Matamoros

De regreso en directo, Paz Padilla intentó reconducir la situación. “Kiko, no estoy aquí para pelear. Sabes que te aprecio, pero no me puedes hablar así.” Sin embargo, Kiko no cedía. “¿Apreciarme tú? Si llevas dos años hablando mal de mí, de mis compañeros, de mi forma de trabajar…”, dijo golpeando con la mano el brazo del sillón.

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Las redes sociales estallaron al instante. #KikoVsPaz y #CarlotaEnfurecida se convirtieron en trending topic en cuestión de minutos. Miles de usuarios comentaban en directo cada palabra, cada gesto, cada pausa. Algunos defendían a Paz, otros a Kiko, y muchos simplemente disfrutaban del espectáculo mediático.

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Y entonces ocurrió lo inesperado. Carlota Corredera irrumpió en plató, sin previo aviso. El público comenzó a aplaudir, sin saber si por sorpresa o por tensión. Con paso decidido, se colocó entre Kiko y la pantalla donde aparecía Paz Padilla. “Hasta aquí hemos llegado”, dijo con voz temblorosa pero firme. “Esto no es una amenaza, es televisión, pero no podemos cruzar ciertas líneas. No se puede jugar con la dignidad de las personas, Kiko”.

Kiko Matamoros se burla de Paz Padilla | Sálvame

Kiko la miró con incredulidad. “¿Ahora vienes tú a darme lecciones, Carlota? Tú, que te fuiste porque no soportabas las críticas, ¿me vas a decir cómo comportarme?”, replicó, levantándose del sillón. El público contuvo la respiración. Las cámaras hacían zoom en sus rostros; se podía ver la tensión en las venas del cuello, el temblor de las manos.

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Carlota no retrocedió. “Sí, te lo digo yo, porque yo también he sufrido, y no permito que sigas intimidando a nadie más. Ni a Paz ni a nadie.”El enfrentamiento se convirtió en un diálogo eléctrico, cargado de emociones contenidas. Kiko, rojo de ira, caminaba de un lado al otro. Paz Padilla, desde la pantalla, intentaba intervenir: “Chicos, por favor, basta. Esto no merece la pena.” Pero nadie escuchaba.

Aquel plató, que tantas veces había sido escenario de risas y bromas, se transformó en un campo de batalla emocional. Las luces, el público, los técnicos… todos observaban sin moverse. En un momento dado, Kiko apuntó al monitor y exclamó: “Paz, te aviso: no vuelvas a hablar de mí. No te lo voy a permitir. Y tú, Carlota, deja de jugar a ser la jueza de la moral.”

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Esa frase marcó el punto de no retorno. Carlota, visiblemente alterada, respondió: “¿Amenazas? Pues que quede claro: si crees que puedes amedrentarme o amedrentar a una compañera, te equivocas. Aquí nadie tiene miedo, Kiko. Nadie.”

Carlota Corredera se enfada con Kiko Matamoros

El público estalló en aplausos, mientras Kiko se quitaba el micrófono con gesto airado y se marchaba del plató. La cámara lo siguió hasta los pasillos, donde lanzó una última frase que resonó como eco: “Yo no amenazo, digo la verdad. Pero si quieren guerra, la tendrán.”

Los minutos siguientes fueron puro desconcierto. Paz Padilla, al borde de las lágrimas, agradeció a Carlota por haber intervenido. “No me gustan los conflictos, pero tampoco las faltas de respeto”, dijo con voz temblorosa. Carlota la tranquilizó: “Paz, tranquila, nadie merece esto en directo. Lo importante es que lo hemos parado.”

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En redes, el vídeo del momento ya se había viralizado. Programas de tertulia, youtubers y tuiteros analizaban gesto por gesto, palabra por palabra. Algunos periodistas hablaban de una posible sanción a Kiko Matamoros; otros, de un montaje televisivo. Pero nadie dudaba de que las imágenes eran reales y explosivas.

Horas después, Kiko publicó un mensaje en sus redes sociales: Nunca he amenazado a nadie. Solo he dicho lo que pienso. Quien quiera guerra, que no se queje del ruido.” El mensaje, lejos de calmar los ánimos, reavivó la polémica. Paz Padilla respondió con elegancia:La vida es demasiado corta para los odios. Yo elijo la paz.” Y Carlota, desde su cuenta, fue más directa: Hay líneas que no se cruzan. Yo estuve allí, y lo repetiría.”

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El sábado, los programas matinales abrieron con titulares contundentes: “La noche más tensa de Mediaset”, Amenazas, lágrimas y abandono en directo”, Kiko contra todos”. Los expertos en comunicación coincidían: el enfrentamiento era un reflejo del desgaste emocional que vive la televisión de corazón. El público, sin embargo, lo vivía como lo que era: un espectáculo sin precedentes.Paz Padilla y Kiko Matamoros acercan posturas en 'Sálvame' tras su último desencuentro

Al caer la noche, el eco del conflicto seguía resonando. Las imágenes de Carlota enfrentando a Kiko, la mirada helada de Paz Padilla en la pantalla, y la palidez del rostro de Kiko al abandonar el plató quedaron grabadas en la memoria colectiva. Fue un momento televisivo puro: imprevisible, emocional y, sobre todo, humano.


Porque al final, más allá de las cámaras y los titulares, lo que se vivió aquella noche fue un estallido de emociones contenidas, de heridas viejas que encontraron un micrófono abierto. Y aunque algunos quieran verlo solo como espectáculo, para quienes estaban allí fue algo más profundo: una advertencia de hasta dónde puede llegar la tensión cuando se mezclan el ego, la fama y la televisión en directo.