Era una de esas mañanas calurosas en platós españoles, con café sobre la mesa, cámaras encendidas, y titulares chispeantes que prometían enfrentamientos. En medio del ruido mediático, Alejandra Rubio, hija de Terelu Campos y pareja de Carlo Costanzia (hijo de Mar Flores), se convierte en protagonista de una nueva polémica: declaraciones firmes hacia Rocío Flores, reproches velados hacia su suegra Mar Flores, todo ello en defensa de su verdad… y de su pareja.

El origen del enfrentamiento

Las tensiones no nacen de la nada. Durante una entrevista de Rocío Flores en De Viernes, ella se dirigió a Terelu Campos con frases duras: “No te he visto en mi vida”, cuestionando la versión de Campos sobre ciertos episodios familiares, lo que muchos interpretaron como una humillación pública

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Ese gesto de Rocío Flores provocó reacciones en cadena: Alejandra Rubio, viendo cómo se implicaba su madre, su círculo, su pareja en esos reproches públicos, decidió alzar la voz. No solo para defender lo que considera la verdad de su madre, sino también para marcar límites en lo que acepta de los Flores. Y allí empezó el fuego.

Las palabras de Alejandra Rubio: firmeza, reproches y posicionamiento claro

En el programa ¡Vaya fama!, Alejandra respondió con claridad. Algunas de sus frases más destacadas:

Que siente pena por Rocío Flores; no como ataque, sino por lo que ve: “una niña que ha vivido bajo la opinión de su padre y únicamente de su padre”. Es decir, reprocha que la identidad mediática de Rocío esté demasiado marcada por lo que Antonio David ha dicho o impuesto, y que eso se note al hablar.

Que ella misma ha vivido parte de lo que se discute, que ha visto a Rocío Flores y su hermano pasar temporadas en su casa, Navidad tras Navidad, que conoce de cerca lo que Rocío habla, lo que vive. Por eso, cuestiona que ciertas afirmaciones de Rocío se hagan sin reconocer lo que ella considera la parte real de Terelu Campos y de su madre.

Y la frase más fuerte: “Yo de ella no tengo nada que decir porque no la conozco en absoluto. De hecho, visto lo visto, tampoco tengo ningún interés en tener ninguna relación con ella…” Esto respecto al menor hijo de Rocío Carrasco. Esa afirmación fue interpretada como una especie de humillación o rechazo, porque es recuperar la distancia y ponerla en evidencia públicamente.

Estas palabras fueron tomadas como una forma de “contragolpe”: Alejandra no solo defendía lo suyo, sino que ponía en tela de juicio la autenticidad de lo que Rocío Flores viene diciendo, así como su libertad de versiones.

El papel de Carlo Costanzia y Mar Flores en la polémica

La relación de Alejandra con Carlo Costanzia y, por extensión, Mar Flores, madre de Carlo, añade más capas al conflicto:

En puntos anteriores Alejandra ha hablado de cómo Carlo ha sido criticado por su pasado legal, su situación profesional, las ausencias, los proyectos fallidos, etc., y ella lo ha defendido con contundencia. Por ejemplo, frente a críticas de Alessandro Lequio, dice que lo que se ve en medios muchas veces es parcial, recortado, filtrado.

Sobre Mar Flores: en las memorias que Mar publicó (“Mar en calma”), ésta hace aseveraciones acerca de su vida, de su maternidad, de Carlo, que algunos interpretan como duras o polémicas. Alejandra ha manifestado que ciertos pasajes no le gustaron, especialmente los que hablan de su hijo en términos que ella considera inexactos o exagerados. Por ejemplo, la tensión que se generó por los detalles de las memorias sobre Carlo, los comentarios sobre la infancia, etc.También Alejandra ha reconocido que su suegro (Carlo Costanzia padre) mostró documentos en un programa (“De Viernes”) que, según él, desmontarían algunas afirmaciones de Mar Flores, lo que sorprendió a Alejandra

Mar Flores, por su parte, aunque ha guardado silencio en algunos momentos, se ha dicho que está “tocado y disgustado” ante ciertas declaraciones de Carlo padre, lo que añade al malestar familiar y mediático.

¿“Humillación” hacia Mar Flores? Interpretaciones públicas

El título que dice que Alejandra “humilla” a Mar Flores surge de la interpretación de ciertos comentarios públicos:

Cuando Alejandra dice que esperaba que Mar Flores “sea mejor abuela que madre”. Esa frase tiene fuerte carga, porque implica que ella considera que Mar Flores ha tenido fallos como madre. Aunque la dijo Carlo padre, es una declaración que desde el entorno de Alejandra ha sido defendida.

Alejandra también se ha mostrado molesta con que Mar Flores hable en sus memorias de detalles íntimos de la vida de Carlo (su hijo), que tal vez ella considere deberían quedar en lo privado. Esa queja no solo es de Alejandra, sino de algunos que piensan que hay un límite que se ha sobrepasado.

Además, Alejandra ha pedido públicamente respeto hacia su rol como madre de su hijo, que no se hable de su bebé o su embarazo sin su consentimiento, que se la respete, que se cuide lo que se dice —lo que se interpreta por muchos como una forma de poner a Mar Flores en evidencia cuando ésta habla más abiertamente.

Si bien “humillación” puede sonar fuerte, en los medios se presta a ser interpretado como un reproche público fuerte, una forma de desautorizar a alguien, de minimizar su autoridad moral en el relato familiar.

Reacción de Rocío Flores y del entorno Flores

Rocío Flores, por su parte, no ha quedado callada. Algunas de sus entrevistas generan titulares que inciden en su relación con Terelu, con Rocío Carrasco, con su pasado familiar, y en especial en cómo ve que ciertos mensajes de Alejandra o de su madre se han dirigido hacia ella como si “ella fuera la villana”. Rocío ha dicho que Alejandra “no tiene interés en tener relación conmigo” pero que respeta lo que cada quien piensa.

Alessandro Lequio, colaborador mediático, también ha sido crítico con algunos argumentos de Alejandra, especialmente cuando ella habla del trabajo de Carlo, de sus ausencias, de sus responsabilidades. Lo acusa de “evasivas” muchas veces, y Alejandra responde que lo importante es lo que ella ve diariamente.

El entorno de Mar Flores, por su parte, parece más callado. Algunos medios dicen que ella está dolida por que se “rolee” públicamente su figura de madre bajo críticas que considera injustas. Que ella no busca pelea, que lo que hizo fue contar su historia, pero que las consecuencias personales pesan.

Más allá del plató: consecuencias emocionales y mediáticas

Este tipo de enfrentamientos tienen impacto real:

En lo emocional: Alejandra Rubio ha expresado que desearía que se la respetara, que se cuiden las palabras, especialmente cuando hay un bebé de por medio. Que su embarazo, su maternidad, sean momentos de tranquilidad, no de polémica.

En lo familiar: tensiones entre Mar Flores y Carlo Costanzia padre, también entre los medio hermanos, entre las familias políticas. A veces los reencuentros que podrían ser amables están teñidos de recelo, expectativas, reproches guardados.

En lo mediático: los programas de crónica social aprovechan cada frase, cada silencio, cada gesto. Titulares como “Alejandra humilla a Mar Flores” venden, generan clics. Pero también hay quienes critican esa exposición excesiva de lo privado, de lo que podría resolverse lejos de cámaras.

Reflexión: ¿quién tiene la razón? ¿Y qué pide Alejandra?

A modo de resumen de posiciones:

Alejandra Rubio defiende que su madre (Terelu) y ella tienen derecho a contar lo que han vivido, que lo que dice Rocío Flores no siempre refleja lo que ella conoce, que hay distorsiones. Que se la respete como madre y como mujer joven, que no se juzgue su vida privada sin contexto.

Rocío Flores defiende su derecho también a su versión. Ha vivido lo que ha vivido, tiene lo que siente, y desde su punto de vista muchas veces ha sido atacada o cuestionada por lo que su madre, padre, o familiares han dicho sobre ella.

Mar Flores, si bien no ha contestado siempre en público con la misma fuerza, está en una posición delicada: es madre, ex, persona pública que ha narrado su vida en memorias, lo que implica abrir la puerta a que otros interpreten, critiquen, cuestionen.

Alejandra, en varios momentos, lo que pide es simplemente respeto, que se cuiden los relatos cuando hay menores de por medio, que no se hable de ella como si fuera personaje de ficción.

¿Y qué futuro puede tener este conflicto?

Algunas posibles líneas de desenlace:

Distanciamiento público más suave: que Alejandra decida reducir las apariciones conjuntas cuando haya presencia cruzada de Flores/Carrasco para evitar enfrentamientos.

Conversaciones privadas: que Terelu Campos, Mar Flores, Rocío Flores, Alejandra Rubio, Carlo Costanzia padre, busquen un espacio privado para aclarar lo que se siente, lo que se piensa, sin audiencia.

Medidas legales o controles de publicación: si alguno considera que lo que se ha dicho es injurioso, que se haya excedido de lo permitido al hablar en memorias o entrevistas, podrían haber advertencias legales.

Cambio de estrategia mediática: Alejandra podría intentar comunicar más desde sus propias plataformas, con mensajes más controlados, evitando que terceros interpreten, para minimizar distorsiones.

Conclusión

En este relato realmente no hay únicamente una “ganadora” ni “una derrotada”. Hay gente que siente dolor, hay recuerdos que se mezclan con versiones y opiniones, hay ambiciones, expectativas y rencores acumulados. Alejandra Rubio ha decidido dar la cara, decir lo suyo, y no dejar que su silencio se interprete como sumisión. Eso la hace fuerte, aunque la expone.

Humillar es una palabra fuerte, pero en el mundo de los medios muchas veces los reproches que se hacen en público se sienten como humillaciones: cuando alguien cuestiona tu historia, tu credibilidad, tu relación con tu familia.

Y al final, lo que quizá quede no sea lo mucho que se dijo, sino lo poco que se entendió: que detrás de los titulares están personas reales, con vulnerabilidades, con historias entrecruzadas, con ganas de paz, aunque hablar les cueste.