¡BOMBAZO MESSI recibe el mejor CONTRATO MILLONARIO por irse del INTER POSIBLE SALIDA DEL INTER | HO

Miami, 23 de junio de 2025. El verano amenaza con romper todas las certezas en el universo futbolístico: Lionel Messi, el astro argentino que llegó al Inter Miami en julio de 2023 para revolucionar la Major League Soccer, podría estar a punto de dar un giro inesperado a su carrera.

Según varias fuentes cercanas a la operación, el siete veces Balón de Oro habría recibido una oferta récord —superior a 200 millones de dólares por temporada— que no solo trastocaría su futuro, sino también el de la propia MLS.

La llegada de Messi al Inter Miami se vivió hace dos años como un auténtico terremoto mediático. Por primera vez, la liga estadounidense incorporaba a un jugador de su talla mundial y, durante su primera temporada, el «10» argentino no tardó en cosechar éxitos: lideró al equipo hacia su primera League Cup, agotó entradas en cada estadio, disparó los derechos de televisión y colocó la camiseta rosa y negra entre las más vendidas en todo el planeta. En cuestión de meses, el Inter Miami dejó de ser un club emergente para instalarse en la élite del mercado global.

Sin embargo, el fútbol es un deporte impredecible y, últimamente, los pasillos de Fort Lauderdale respiran un aire distinto. Los murmullos sobre una marcha anticipada de Messi se han convertido en tema de portada en medios de todo el mundo. ¿El detonante? Una oferta millonaria que dobla —o incluso triplica— el salario que el argentino percibe actualmente en Estados Unidos.

De confirmarse, Messi se convertiría automáticamente en el deportista mejor pagado de la historia, con una cifra anual que supera ampliamente los 200 millones de dólares y que rompería todos los registros existentes.

La noticia saltó la pasada semana, cuando un medio británico con historial de exclusivas de alto voltaje aseguró estar en posesión de los detalles del contrato. Según esa información, el pago –que se distribuiría a lo largo de dos temporadas con opción a una tercera– incluiría bonos de rendimiento, derechos de imagen compartidos y una participación en ingresos comerciales del club que lo acercaría aún más a un estatus casi intocable.

La cifra, además, estaría garantizada por anticipos millonarios en concepto de firma y por incentivos por metas deportivas: goles, asistencias, títulos de liga y muebles en torneos continentales.

La gran pregunta es: ¿quién podría permitirse semejante desembolso? Los rumores apuntan, sobre todo, a un gran club de la Premier League, con el Manchester City como principal candidato. El reencuentro entre Messi y Pep Guardiola, su antiguo mago en el FC Barcelona, seduce tanto a aficionados como a directivos. Imaginan un último contrato de lujo para el argentino, que a sus 37 años mantendría intacto el deseo de triunfo en la Champions League, torneo que solo le falta conquistar con su actual jersey.

Pero no todo apunta a Europa. En las últimas temporadas, la Liga Saudí ha demostrado estar dispuesta a pujar fuerte por las grandes estrellas del fútbol mundial. Con la llegada de Cristiano Ronaldo al Al-Nassr y de Karim Benzema al Al-Ittihad, el reino árabe se ha consolidado como un destino capaz de ofrecer sueldos inimaginables y de invertir sumas millonarias en infraestructuras y en proyectos de expansión.

Un hipotético contrato a Messi en Arabia Saudí superaría incluso lo aportado por los clubes europeos gracias a mecanismos financieros y patrocinios gubernamentales.

Aun así, la trama no estaría completa sin mencionar la posibilidad de un regreso soñado: la vuelta al FC Barcelona. Muchos culés siguen imaginando el reencuentro con el «Messi de siempre» en el Camp Nou. Sería el cierre de un círculo narrativo perfecto, la guinda de una carrera llena de éxitos. No obstante, las arcas del club azulgrana atraviesan momentos delicados y las normas de la liga española complican cualquier operación de tal envergadura. Un regreso al Barça supondría un reto económico que, a día de hoy, parece casi imposible de materializarse sin una importante reestructuración financiera.

Mientras los tentáculos del dinero global se estiran para captar a la superestrella argentina, el Inter Miami observa con preocupación cada filtración. Su presidente, Jorge Mas, y el consejo directivo saben que perder a Messi sería volver al anonimato deportivo y mediático. Su impacto en la MLS fue tan decisivo que muchos analistas advierten de un inevitable descenso en el interés de patrocinadores, audiencias televisivas y venta de entradas si el «10» decide alzar el vuelo hacia otro destino.

Dentro del vestuario, compañeros y cuerpo técnico mantienen la boca cerrada, conscientes de que la discreción es ahora mismo el mejor aliado para no alimentar especulaciones. Solo el entrenador Gerardo «Tata» Martino se ha pronunciado: «Leo es nuestro líder en el campo y fuera de él. Si valoramos su proyecto, es porque confiamos en que seguirá aportando éxitos. Pero en el fútbol todo puede cambiar de un día para otro». El mensaje, más que un deseo, sonó a advertencia: la relación contractual con Messi se acerca a su fin y la posibilidad de renovar está en máximos históricos… o descarrilar de golpe.

Los aficionados del Inter Miami, por su parte, viven en una montaña rusa de emociones. Algunos ya han empezado a buscar camisetas de jugadores jóvenes como el mediapunta Facundo Torres o el joven malagueño Diego Gómez, conscientes de que el relevo en el «10» podría llegar antes de lo esperado. Otros se niegan a creerlo y confían en que Messi, seducido por la experiencia en Florida, prefiera prolongar su estancia en la MLS para seguir contribuyendo al crecimiento del fútbol en Estados Unidos.

En medio de esta vorágine, el silencio de Messi se hace atronador. El argentino, protegido por su círculo más cercano, ha evitado por completo declaraciones públicas. En pocos días, sus redes sociales han pasado de celebrar goles y asistencias con imágenes íntimas en Miami a compartir simples instantes de descanso en Mallorca o París. El astro prefiere no dar pistas y mantendrá a la prensa en vilo hasta que él se decida a hablar o su entorno confirme el movimiento.

Los expertos de la industria del deporte ya se frotan las manos: el posible traspaso de Messi no solo implicaría un impacto deportivo y económico sin precedentes, sino que sería, al mismo tiempo, un catalizador de nuevas tendencias comerciales para el fútbol. La Premier League podría ver incrementados sus ingresos televisivos; la liga saudí demostraría una vez más su músculo financiero; y el FC Barcelona, si logra la proeza de repatriarlo, devolvería a Messi al lugar donde inició su leyenda.

Pero la gran incógnita persiste: ¿qué decisión tomará Lionel Messi? ¿Optará por disfrutar de la vida en Miami, entre playas, amigos y la pasión de una afición en crecimiento? ¿Regresará al escenario europeo para intentar un último asalto a la Champions con el Manchester City u otro grande? ¿Será tentado por el oro saudí y desembarcará en Oriente Medio con un contrato de ensueño? ¿O, por el contrario, se dejará llevar por el corazón y cerrará con broche de oro su historia en el Camp Nou, cumpliendo el sueño de los culés?

Lo que está claro es que, gane quien gane esta pugna de ofertas millonarias, el futuro de Messi seguirá marcando rumbos en el fútbol global. Sea cual sea su elección, su nombre generará titulares, audiencias de récord y millones de aficionados en pie de guerra. En los próximos días, cada pista, cada filtración y cada silencio se analizarán a fondo. Y cuando Lionel Messi, finalmente, desvele su destino, el mundo del fútbol volverá a parar el tiempo para aplaudir, celebrar o lamentar uno de los movimientos más esperados —y más caros— de la historia del deporte rey.