El sol caía sobre el cielo de Berlín mientras el pitido final del árbitro sellaba la victoria de España en la Eurocopa 2024. La Selección celebraba, los fuegos artificiales iluminaban el estadio Olímpico… pero en el centro de todo no estaba un veterano.

Estaba un chico.
Un niño de 17 años.
Y su nombre: Lamine Yamal.

No era una promesa. No era una sorpresa. Era una revelación.

“A los 17, ni Messi hacía esto…”

La frase no vino de un aficionado emocionado en redes sociales. Ni siquiera de un periodista en plena euforia postpartido. La dijo alguien que compartió vestuario con Lionel Messi, alguien que sabe exactamente lo que implica ser un prodigio.

Y lo dijo en serio.

Porque lo que Lamine Yamal ha hecho en apenas unos meses – desde el Camp Nou hasta los campos más grandes de Europa – no tiene precedentes.

En una Eurocopa plagada de veteranos, él no solo fue titular con España… fue determinante.

El golazo frente a Francia en semifinales – un zurdazo desde fuera del área al ángulo – fue el momento exacto en el que el mundo entendió queLamine no era una moda. Era historia.

De las calles de Esplugues al trono de Europa

Lamine nació en Esplugues de Llobregat, una zona humilde a las afueras de Barcelona. Ahí donde muchos niños sueñan con el Barça, él lo convirtió en realidad.Entró en La Masía y, desde los primeros entrenamientos, entrenadores y exjugadores no podían creer lo que veían.

Un técnico del Barça dijo una vez:
“Este chico no puede esperar. Hay que subirlo al primer equipo ya.”

Desde entonces, todo fue en modo acelerado: debut en Primera, primer gol, convocado con la selección… y luego, Eurocopa con solo 16 años.Camino de los 17, Lamine ya estaba rompiendo récords: el jugador más joven en marcar en la historia de la Eurocopa.

Este chico es otra cosa…”

Xavi, leyenda del Barça y de la Roja, fue uno de los primeros en decirlo.
“Tiene algo especial. No es solo talento. Es cabeza, es temple, es visión.”

Andrés Iniesta, otro símbolo del fútbol español, lo resumió aún mejor:
<“Lamine entiende el juego como si llevara una década jugando en la élite.”

Y no exageraban. Porque en cada partido, Lamine juega con la naturalidad de quien ya lo ha vivido todo. Como si los nervios no existieran. Como si el fútbol fuera simplemente su idioma natal.

No es una estrella fugaz

Muchos jóvenes brillaron temprano y se apagaron rápido.Pero Lamine no parece de esos. Tiene el talento, sí, pero también la humildad, la disciplina, el enfoque. Aprendió mirando a Messi… pero no quiere ser Messi. Quiere ser Lamine Yamal.

A los 17, Messi aún estaba entrando al primer equipo del Barça.
Lamine ya es protagonista de una Eurocopa. Ya es campeón. Ya es historia.

Y cuando los que jugaron junto a los más grandes dicen:“Ni siquiera Messi hacía esto a los 17,”
sabes que no estás viendo a una promesa.

Estás viendoel inicio de una leyenda.